La falacia del hombre de paja

Y así puede comenzar una discusión larga y absurda, sólo porque uno de ellos ha extraído una conclusión errónea. O sea, nadie pretendía decir que los hijos deben quedarse encerrados en casa. Pero… esa conclusión errónea, ¿ha sido  inocente o perseguía una estrategia?

La falacia del hombre de paja consiste en distorsionar la posición de alguien para que pueda ser atacado más fácilmente, destruir esa posición  y concluir que la posición original estaba equivocada. Es una manera muy clara de manipulación.

Este curioso nombre proviene de una antigua costumbre militar en la cual los hombres de paja se utilizaban para entrenar a los soldados en el combate y, obviamente, eran muy fáciles de abatir.

Solemos utilizar este tipo de pensamiento para desmontar los argumentos de la otra persona y confundirla. A veces lo hacemos de manera inconsciente, porque hemos incorporado esta manera de discutir. O puede que incluso hayamos sido nosotros mismos víctimas de este tipo de generalización incorrecta.

Si detectamos esta conducta en nosotros, ya sabes: sería muy aconsejable reemplazarla por una escucha atenta de los argumentos del otro y no experimentar siempre las opiniones distintas a las mías como una agresión.

Pero sobre todo, aprende a detectarlas cuando las veas en la televisión, o las leas en el periódico, o simplemente, ocurran a tu lado. Ya sabes de qué va la cosa. Desenmascárala. No compres su aparente lógica que no resistiría ningún análisis. No seamos de paja para nadie.

Ernesto Iglesias Carranza