Supongo que voy a hablar de las emociones.
Brene Brown es profesora e investigadora de la escuela de Trabajo Social de la Universidad de Houston (Texas) y ha dedicado los últimos diez años su investigación específicamente a tratar de entender las conexiones humanas y su relación con la vergüenza, la autenticidad, el sentido de pertenencia y la vulnerabilidad, y ha publicado varias teorías y libros sobre este tema.
Concretamente en este vídeo hace una reflexión a cerca de la vulnerabilidad, como base para las conexiones humanas. Brown nos cuenta las conclusiones de su investigación y cómo llegar a ellas, supuso un aprendizaje personal y todo un giro en su manera de enfrentarse a la vida.
Una de sus ideas principales, es que para comprender las conexiones humanas hay que entender el efecto de la vergüenza, como el miedo a la exclusión social o falta de conexión. La vergüenza que nos produce el hecho de dejar ver ciertas partes de nosotros mismos nos hace sentir vulnerables, y aunque muchas veces esta sea la razón por la que evitamos las conexiones, la vulnerabilidad es requisito imprescindible para generar conexiones verdaderas y sanas.
En su proceso de investigación, Brown se ha encontrado básicamente con dos tipos de personas, aquellas con un gran sentido de dignidad y merecimiento de amor y pertenencia, y aquellas que siempre se preguntaban si eran lo suficientemente buenas para merecerlo. Lo único que las hacía diferentes y más propensas a tener conexiones humanas, era su certeza de que se lo merecían.
Aquellas personas tenían el valor de ser imperfectas, de mostrar sus imperfecciones y aceptarlas, ya que creían que aquello que las hacían imperfectas también las convertía en bellas. Las conexiones que generaban, eran fruto de su autenticidad.
Brown reconoce que sentirse vulnerable no es fácil ni agradable. El ser humano tiene tendencia a evitar aquellas emociones que no son agradables de sentir, pero cuando bloqueamos esas emociones, también bloqueamos aquellas que nos hacen sentir bien, como la alegría, el gozo o la gratitud. Al no sentirnos alegres y felices, volvemos intentar bloquear las emociones, por lo que caemos en un círculo vicioso.
Desde su propia experiencia,  nos anima a mostrarnos tal y como somos, en profundidad y con toda nuestra vulnerabilidad; nos anima a sentir el gozo y la gratitud; nos anima a ser vulnerables, ya que la vulnerabilidad puede ser el núcleo de la vergüenza, el miedo y la lucha por ser merecedores, pero también es donde nacen la pasión, la creatividad, el sentido de pertenencia y el amor.
Fuente: http://lacompetenciaemocional.blogspot.com/
Le quiero agradecer a M, una de mis pacientes, haberme acercado a este vídeo que ahora comparto con vosotros.

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