Los celos son un sentimiento que se hace presente en casi todas las parejas y relaciones en general. Tienen su origen en el miedo a perder a la persona que amamos. En este sentido, los celos normales surgen como consecuencia del amor. Hablamos principalmente de parejas, pero sin duda que también existen en las relaciones fraternales, entre amigos e incluso laborales.

 

Cuando los celos son desproporcionados en intensidad, recurrentes o  infundados, hablamos de celos patológicos. Los celos patológicos tienen que ver con la necesidad de control y la desconfianza. Las personas que tienen celos obsesivos presentan unos altos niveles de ansiedad, dependencia emocional, auto-compasión, falta de habilidades sociales, hostilidad y pueden sufrir síntomas depresivos.

 

Los celos patológicos crean una espiral destructiva en la pareja que suele llevar a un profundo deterioro de la misma y en muchos casos a su disolución. De esta forma, el comportamiento del celoso provoca lo que finalmente teme: la pérdida del ser amado.

 

Esto hace que se ponga en marcha todo un mecanismo de comprobación: vigilar a la pareja a la salida del trabajo o controlar si está allí donde ha dicho que iba, controlar su móvil (celular), sus correos, sus horarios, etc. Otras señales de peligro, que actúan como desencadenantes de los celos, son el aumento del círculo de amigos, la ilusión por ir al trabajo, arreglarse más o el desinterés sexual. También hay situaciones de estrés derivado de problemas económicos o laborales, entre otros, que reducen las defensas psicológicas y aumentan la expresión de los celos.

 

Tipos de celos

 

Celos pasionales: tienen su origen en el temor de perder la pareja, lo que lleva a un aumento de la ansiedad y la agresividad. Se alternan momentos de lucidez con arrebatos y un profundo malestar ante la idea humillante de engaño.

 

Celos obsesivos: predominan los pensamientos recurrentes e incontrolables sobre la infidelidad. Aunque esté convencido de que sus sospechas no son ciertas, el sujeto no puede evitar esos pensamientos, por lo que realiza rituales de comprobación para disminuir su ansiedad.

 

Celos delirantes: existe el convencimiento (aunque sea falso o no cuente con pruebas) de que su pareja le engaña. Suelen estar asociados a cuadros clínicos de paranoia, demencia, depresión o alcoholismo.

 los celos

Para combatir los celos es imprescindible un cambio de conductas, exponiéndose a las situaciones que provocan celos pero sin realizar rituales de comprobación, y una modificación de los pensamientos que permita que el paciente se dé cuenta de que sus ideas son irracionales y las sustituya por otras.

 

También es importante mejorar la relación de pareja mediante la adquisición de habilidades de comunicación que nos permitan expresar nuestras emociones y sentimientos, mejorar la auto-comprensión personal y la capacidad de expresar afecto.

 

Asimismo, se deben poner en marcha estrategias que ayuden a elevar la autoestima y fomentar la vida social, ya que esto aumenta la confianza en uno mismo y disminuye el miedo irracional a un supuesto abandono. Por todo esto, conviene recurrir a un psicólogo especializado en estas técnicas

 

Cuando los celos tienen un alto componente obsesivo o están asociados a trastornos depresivos, se emplean fármacos antidepresivos, como los que actúan sobre la serotonina, una sustancia química que transmite mensajes en el área del cerebro que controla las emociones. Estas sustancias permiten que se equilibren los factores de personalidad, de manera que más tarde se puedan abordar los celos con otras estrategias terapéuticas, conocer cuáles son los factores que los alimentan y refuerzan, y cómo controlarlos. En el caso de los celos delirantes se precisan fármacos antipsicóticos, que ayudan a mejorar las ideas o pensamientos delirantes.

Ernesto Iglesias Carranza


2 comentarios

Félix Gibbs · 23 febrero, 2015 a las 15:28

Muy claro y preciso licenciado! Gracias por sus aportes tan claros y didácticos.

Ernesto Iglesias · 23 febrero, 2015 a las 16:20

Me alegro que esto sirva para no generar relaciones tóxicas. Gracias por tus comentarios.

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